SABIA VIRTUD DE CONOCER EL TIEMPO

SABIA VIRTUD DE CONOCER EL TIEMPO

Cuando el sol cesa de internarse en el hemisferio sur, pareciera que vuelve sobre sus pasos y emprende nuevamente el ascenso, por ello los días comienzan a ser más largos. A esta época se le conoce como el Solsticio de Invierno. Las antiguas civilizaciones que habitaron en el hemisferio norte lo consideraban como la época del nacimiento del sol. Así, los persas celebraban el nacimiento de Mitra, los griegos el de Dionisio, los fenicios el de Adonis, los frigios el de Atis. Los romanos anunciaban en su calendario esta fiesta con las palabras natalis solis invicti (el sol invencible ha nacido).
Los primitivos cristianos, que en un principio festejaron el nacimiento de Jesús al inicio de la primavera, a partir del siglo IV comenzaron a celebrarlo el 25 de diciembre, por considerarlo que era el único y verdadero sol; de paso procuraban restar importancia a una de las conmemoraciones paganas más populares.
Las fiestas periódicas que cierran un ciclo temporal y abren uno nuevo emprenden una regeneración del tiempo. El final del año y el comienzo del año nuevo dan lugar a una serie de ritos: purificaciones, confesión de los pecados, alejamiento de los demonios, expulsión del mal fuera de la aldea, extinción y encendido de los fuegos, etc. Cada uno de ellos persigue la abolición del tiempo transcurrido durante el ciclo que termina; destruir la totalidad del tiempo pasado, suprimirlo. Se persigue así la abolición del caos y la instauración de una nueva creación (Mircea Eliade).
Los judíos, siguiendo el precepto del Levítico (23: 24-29) entre el Yom Kippur, el día de la expiación y el Rosh Hashana, el Año Nuevo observan diez días de arrepentimiento en que los rollos del destino se despliegan ante la divinidad. En ellos están escritos por la mano de cada hombre las acciones que realizó durante el año que acaba de transcurrir; y en consecuencia Dios determinará el destino de cada ser humano para el año que va a comenzar: quién morirá, quién se enriquecerá, quién se arruinará, quién vivirá en paz o quién será afligido por la desgracia. Tal vez por ello quienes nunca acuden a las sinagogas, durante ese período colman sus templos.
En nuestro medio político, las festividades de fin de año, pueden constituir una oportunidad inmejorable para que sociedad y gobierno reconozcan sus pecados de acción u omisión: la miseria, marginación, desempleo y la carestía anunciada; la inseguridad y crímenes del narcotráfico; el militarismo que acarrea matanzas y violación de garantías; la impunidad personificada en los casos de los Bibriesca, Zhenli Ye Gon, Ernestina Ascencio o Lydia Cacho; la corrupción revelada por las inundaciones de Tabasco y Chiapas o la destrucción de las plataformas petroleras; el egoísmo de los legisladores; la docilidad de la Suprema Corte y de los tribunales; prepotencia de los magnates y las televisoras, de Fox, Elba Ester o Don Norberto; el fanatismo yunquista; las trampas electorales, los gobiernos provisionales, etc., etc.
Entre los romanos el mes Janaurius estaba dedicado a Janus, dios del tiempo, al que representaban con dos rostros, uno de los cuales miraba hacia el oriente y el otro hacia occidente para designar el año que termina y el que comienza; el pasado y el porvenir. Si no podemos desprendernos del lastre de nuestro pasado, seremos incapaces de construir un futuro venturoso, y si no aprendemos de nuestros errores, estaremos condenados a repetirlos. ROGER MAJO.


HACIA EL CUARTO ROUND

El día 23 del mes en curso, el TRIFE confirmó la sentencia del Tribunal Electoral del Estado, en el sentido de declarar sin efecto las elecciones municipales de esta ciudad, porque la planilla ganadora utilizó símbolos religiosos en su campaña electoral. Por ello, será necesario que el Congreso nombre un gobierno provisional y que el IEM convoque a elecciones extraordinarias. Tanto una como otra actividad enfrentan serios retos. Por una parte los nombramientos del Congreso necesitan tener muy en cuenta el sentir de la ciudadanía expresada en los últimos comicios. Si bien por una parte fue patente que el candidato vencedor obtuvo una diferencia del 14 % sobre su más cercano contendiente, también es cierto que más del 62% de los votantes sufragó en contra del Revolucionario Institucional y que la predilección del electorado fue la de votar en forma diferenciada. Lo que no parece válido es que según la nota de Eduardo Ruiz (La Voz de Michoacán, 24/12/07), desde la Secretaría de Gobierno se externe que por “la tensión que impera” en el municipio, éste se ha convertido “foco rojo” y que el reportero, “aprovechando el viaje” para un mayor sensacionalismo, especula que podrían repetirse los sucesos de las elecciones de 1993. Habrá que recordarle al periodista que ni la situación del país y del Estado son las mismas de entonces, y que tanto los partidos como la ciudadanía tomaron lecciones del pasado. Por cierto, el recurso más socorrido de la guerra política sucia, en los últimos tiempos, ya sea para inhibir la intención del sufragio o para inclinar la preferencia de los votantes ha sido la propagación del miedo. A nivel internacional, el terrorismo ha dado un magnifico argumento para que gobiernos de corte fascista como los de George Bush en Estados Unidos o de José María Aznar en España, triunfaran sobre sus adversarios. Por su parte, Salinas de Gortari utilizó con ese fin la rebelión de los zapatistas en Chiapas y Fox Quezada el del “peligro para México” que supuestamente representaba López Obrador. ¿Cuál podría ser el sector de la población más sensible a unas amenazas abstractas de violencia y al que se pretendiera disminuir a su mínima expresión? ¿A quiénes pudiera convenir la reducción del número de sufragios? ¿Cómo podría gobernar con eficacia un gobierno, surgido de elecciones extraordinarias, en las que impere el disenso? ¿Podría subsistir una administración sin tener el beneplácito de una legitimidad generalizada? ¿Funcionaría bajo el amago continuo de plantones y “tomas” de oficinas? ¿Conviene al naciente gobierno estatal tener un municipio en ebullición? Más que “tensión”, lo que impera entre los ciudadanos de este municipio es el desencanto por la fragilidad del juego democrático. Dos serán los enemigos a vencer en la próxima contienda electoral extraordinaria, por una parte el abstencionismo, teniendo en cuenta que ya no estará en juego la elección del gobernador y del congreso local. Por la otra, el que dichas elecciones den a nuestra comunidad la convicción de fueron democráticas y creíbles. Para estar a tono con las sentencias que corren alrededor de este mundo, tanto los partidos políticos como a los ciudadanos, mientras llega el día de la contienda, es conveniente recordar los consejos del Catecismo: contra soberbia, humildad; contra ira, paciencia; contra pereza, diligencia.
ROGER MAJO