A diferencia de los aspirantes a los puestos públicos estatales y federales que son para sus electores, unos ilustres desconocidos, los candidatos municipales, en una población pequeña como la nuestra, la mayoría de sus habitantes conoce sus antecedentes familiares, su historia personal y sus relaciones comerciales. Por ello pareciera no importar el partido que lo postula; únicamente se mira al hombre y no a la maquinaria electoral que está detrás de él.
Sin embargo, hay que tener presente que la ciudad es un elemento integrante del agrupamiento estatal, y que éste, a su vez, forma un conjunto con toda la nación. Cuando en un futuro cercano se pretenda instrumentar medidas que afecten severamente a la totalidad del país, la suma de cada una de sus partes será fundamental para apoyarla o hacerle resistencia. En estos casos la posición que adoptarán las autoridades que representan a todo un municipio, obedecerá a la ideología dominante del partido político que le llevó al poder.
En ese caso, votaría usted señor, votaría usted señora, por quienes, bajo el pretexto de la globalización y nuestra inserción al comercio mundial pretenden:
* Ceder nuestra soberanía a los Estados Unidos, convirtiendo a nuestro ejército y gobierno en simples gendarmes de sus intereses, aceptando sus órdenes y supervisión. *Transferir, a los monopolios trasnacionales, la industria eléctrica y la explotación de nuestro petróleo a cambio de unos impuestos irrisorios, como sucedía antes de Lázaro Cárdenas.
*Mantener barata la mano de obra con el fin de promover la inversión extranjera, sin importar que ello traiga consigo, mayor desempleo, marginación, comercio informal, delincuencia y la expulsión de trabajadores al extranjero.
* Se dará el progreso y la nivelación sociales por obra y gracia de las fuerzas del mercado y sin la intervención del Estado,.
*Que los empresarios, extranjeros y nacionales, pagarán espontánea y religiosamente sus impuestos e invertirán sus ganancias, no en la especulación financiera, sino en el desarrollo del país.
* Reducir, a su mínima expresión, los servicios públicos de salud y educación, ya que según ellos, al no producir riqueza, deben ser cubiertos por los usuarios, sin importarles que existan en el país 40 millones de pobres, de los cuales, diez millones sobreviven con menos de 20 pesos al día.
* Mantener el actual estado de cosas mediante la utilización, cada vez más frecuente, de la represión policíaca sobre los movimientos sociales y la manipulación televisiva de la información.
*Imponer una educación confesional en las escuelas públicas que obedezca a las directrices de los grandes jerarcas eclesiásticos.
Se debe exigir a todos los candidatos al Gobierno municipal, sin importar el partido el partido que los postule, manifiesten expresamente su oposición a esas políticas tan nefastas, que el gobierno federal se esfuerza por implantar.