En Inglaterra a fines del siglo XV y comienzo del XVI, la cría extensiva de ovejas destinadas a la producción de lana, desplazó la población campesina a las zonas urbanas en búsqueda de la subsistencia, allí falleció masivamente por inanición. Por ello Tomás Moro en su obra Utopía (1516), refiere, en boca de uno de los personajes, que en ese país imaginario, las ovejas habían devorado a los hombres. Una amenaza similar se cierne sobre nuestro país a partir del 1 de enero, ya que en virtud del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una vez que transcurrieron 14 años de su firma, maíz, frijol, azúcar y leche en polvo podrán ingresar a nuestro país libremente, un hecho que conlleva un alto riesgo para la existencia misma de nuestra Nación, Durante los años de gracia que fueron convenidos para que nuestro gobierno instrumentara medidas que compensaran la desigualdad existente entre las agriculturas de los tres países, y evitar daños mayores a nuestra economía, nuestras autoridades no hicieron prácticamente nada evitarlos. Por ello, aunque el TLCAN acarreará beneficios a unos 250,000 productores altamente tecnificados, será un desastre para 750 mil pequeños productores y para los 3 millones de campesinos que practican una agricultura de subsistencia. (*) En términos generales, se considera que 8 millones de campesinos se verán afectados por la eliminación de los aranceles de los cuatro productos referidos; y que un millón 400 mil productores de maíz, frijol y leche enfrentarán una grave crisis. Nuestra agricultura se encuentra en desventaja frente a la de Estados Unidos y Canadá, debido a su mayor productividad por hectárea y menores costos de producción, gracias a la tecnificación y la extensión de los cultivos, así como por el monto de los subsidios gubernamentales que recibe. Los grandes comercializadores, brokers o coyotes darán preferencia a la adquisición de granos extranjeros por las mejores condiciones que ofrecerán en la logística del transporte y almacenaje, así como por las facilidades del financiamiento. Al darse una disminución en la demanda, los productores nacionales tendrán que bajar sus precios. Si de los 3.5 millones de productores agrícolas, el 70% tiene menos de 5 hectáreas, el 57% menos de 2 y el 23% menos de una, ¿como podrán hacer frente a la competencia de los precios internacionales? De 32 millones de personas dedicadas a la agricultura, el 80%, es decir 26 millones vive en la pobreza, y 20 millones, en pobreza extrema. De ahí que emigren a Estados Unidos 600,000 individuos cada año. En los últimos 14, nuestro país ha expulsado a 8 millones de campesinos al país del norte. Frente a esa situación el Gobierno de Washington ha optado por cercarnos con murallas. ¿Entonces, nuestros pobres estarán destinados a morir como sus colegas ingleses del siglo XVI, devorados en este caso, no por unas ovejas, sino por un puñado de granos? ROGER MAJO.
* Todos datos están tomados de la Revista Proceso # 1626 y La Jornada # 8386 y 8392.
* Todos datos están tomados de la Revista Proceso # 1626 y La Jornada # 8386 y 8392.