SE HACE CAMINO AL ANDAR

Para Loló Che, miembro honorario del Club de los Halcones Negros.

En el mito griego de Sísifo se relata que éste, por haber pretendido escapar del mundo de los muertos, fue condenado a empujar eternamente una enorme piedra por la ladera de una montaña hacia la cumbre; cuando se encuentra a punto de alcanzar la cima, la piedra se precipita cuesta abajo, por lo que se ve obligado a regresar por ella, una y otra vez, al infinito. La construcción de la democracia en nuestro pueblo y en el resto del país se asemeja a los trabajos de Sísifo. Grupos emergentes de nuestra sociedad se empeñan en empujar la democracia hacia la modernidad, y en sentido opuesto, una gran masa de la población y las corrientes dentro de los partidos políticos se aferran a las inercias del pasado que hacen retroceder los impulsos progresistas a un punto muerto. Recientemente, muchos ciudadanos-funcionarios se esforzaron en generar unos comicios modernos, equitativos y confiables, y se debe declarar que la labor del Comité Electoral del Municipio no tiene nada que envidar a los países del primer mundo. También algunos militantes de partidos políticos lucharon, con poco éxito, por llevar un aire de frescura a sus organismos, instrumentando campañas propositivas, alejadas de la demagogia, que permitieran a los sufragantes emitir un voto consciente y razonado. Por otra parte, los candidatos a ocupar los puestos públicos tradicionalmente han sido personas que hacen de la política su ocupación ordinaria y que buscan tener acceso o mantenerse en al poder para favorecer tanto sus intereses personales como los grupo al que pertenecen. Los ciudadanos ordinarios que podrían ocupar puestos públicos y estar más inclinados a extender los beneficios de su gestión al conjunto de la sociedad, se abstienen de participar en la política activa, por considerarla una actividad que ofrece muchas enemistades, constantes críticas y pocas satisfacciones a nivel ético. También, la gran masa de la población que sólo tiene la posibilidad de elegir entre candidatos de prendas políticas similares, se inclinará por el que considera el menos malo, porque le conocen desde la infancia, por el que cumplió medianamente con una gestión anterior, por el que hace las promesas económicas más espectaculares, el que regala más abundantes prendas y cacharros promocionales, por el que adereza sus campañas con los mejores agasajos y conciertos. Bajo esta perspectiva, los asesores políticos y los organizadores de las campañas, en lugar de educar políticamente al pueblo, elevando el nivel de la contienda a través de un discurso elevado y un debate abierto, optan por ganarse la voluntad de los votantes, acudiendo a los lugares comunes de la guerra sucia, la demagogia y la propaganda comercial. Cuando parece que ya superamos varias etapas en el camino hacia la cumbre, siempre surgen nuevas circunstancias que impiden coronar con éxito la tarea para elegir gobiernos representativos, que ajusten sus acciones a la legalidad, se sometan a una fiscalización permanente, que rindan cuentas durante y al término de su gestión. Por ello se hace necesario emprender nuevos caminos en esa tarea incesante. La esperanza de la democracia no se perderá del todo mientras no desertemos del ademán por alcanzarla.ROGER MAJO